LUEGO DE 25 AÑOS
LUEGO DE 25 AÑOS
Nuestros ex - alumnos...
Quienes han compartido un mismo lugar, han vivido las mismas experiencias, han tenido las mismas alegrías y han llorado por las mismas penas, seguramente siguen juntos más allá del espacio y del tiempo...
Ese sentimiento es el que nos deja una egresada en la carta que escribió a su Escuela:
“...Pero, ¿quién se encuentra hoy aquí en tiempo y espacio? ¿Quién?
Sientan ustedes en sus corazones ex - alumnos y profesores si no parece aquel año, hace 20, 15, 8 o tan solo 2, en el que vivíamos nuestra adolescencia. Esa etapa tan difícil, cuando aulas de madera y chapa o paredes sin revocar eran nuestro refugio, esos días que hacíamos con nuestras manos algo útil para nuestra escuela, como levantar paredes, hacer instalaciones eléctricas o pintar puertas y ventanas junto a Sabeckis o Blas, ¿te acordás?
¿Te acordas de tus viejos profesores? El petiso Cruz, el rubio Turello, el pata d Clemente, el gordo Muzzín, los hermanos Baldi, el grande de Quintana, Osardo, Rodríguez, Regina, Gamarra y el Paco Martinez y de las profesoras Urbano, Gaona, Leavy, como se ponían los chicos cuando veían a Riaño o Castañares, y la Uesu, que buena la petisa. Todos aquellos que pasaron por nuestras aulas enseñando Biología, Contabilidad, Economía, Italiano, cuyos rostros sin nombre me pasaron por la mente o ustedes recuerdan con el corazón.
Pensaste alguna vez que te ibas a encontrar con tus preceptores, aquel que un día te puso amonestaciones porque no tenías la vincha o la corbata, o aquel que te escondía algunas llegadas tarde o te daba un té hecho por la portera cuando estabas descompuesto o simplemente tomás frío. Vero, Silvia, Miguel, Omar, Edgardo y el Negro Niripil. Algunos están hoy otros se fueron para darle lugar a los nuevos de quienes mañana alguien de ustedes se acordará como yo hoy.
¿Cuándo hacíamos competencias? Con María, con Mónica y Beto Medone. En mi época las llamábamos “intertribus”; cuantos colores, cuántos deportes, cuánta diversión y alegría por el inmenso esfuerzo que poníamos alumnos y profesores en preparar estandartes, esquemas, juntar libros y preparar ferias del plato para recaudar fondos para la Escuela
¡Qué partidazos de voley jugamos alumnos y profesores! Qué gran familia que se agranda hoy con las nuestras. Qué lindos recuerdos, qué momentos de compartir amores chiquilines o amores que aun hoy duran. Cuántos de ustedes se casaron o están de novios con alguien que conocieron en nuestras aulas o cuántos recuerdan aquel corazón marcado en una mesa o en la pared. Quienes se acuerdan de aquel cigarrillo fumado en el baño o aquel petardo que explotó en medio del silencio de las clases, los cortes de luz y otras tantas travesuras.
Pasaron 25 años desde que aquel chiquillo que entraba por primera vez en la aulas de la Media 9, y él o ella se iba convertido en un hombrecito o en una mujercita al que la confusión y la tristeza la invadían. ¿Cuántos eran los primeros egresados? 5 o 6. ¡Cómo creciste, Escuela! Hoy son 50 o más, pero con esos mismos sentimientos y miedos, esa incertidumbre y sueños sobre el mañana.
Hoy yo aquí muchos años más tarde, traigo a mi mente recuerdos; algunos alegres y otros tristes. Pero cumplo uno de mis sueños: volver a mi Escuela, mis profes, mis aulas y a mis compañeros de los cuales no me olvido, y con quienes compartí 5 maravillosos años de mi vida...”
Ellos son, sin lugar a dudas, la razón de ser de nuestra Escuela y, por supuesto el principal orgullo... son en total 869 ex alumnos, cuyo valor reside, no sólo en la cantidad, sino, sobre todo en los proyectos de vida que nuestro colegio contribuyó a construir.